El legado de Karlheinz Brandenburg: Cómo el formato MP3 transformó la industria musical para siempre
- Ed Rodríguez
- 14 jul 2023
- 2 Min. de lectura

Era finales de julio de 1995, y Karlheinz Brandenburg, un destacado ingeniero de sonido, se dirigía con entusiasmo a las oficinas del Instituto Fraunhofer IIS en Alemania, en medio de un caluroso día de verano. A pesar del sofocante calor y la humedad reinante, su ánimo era notoriamente optimista. Incluso se tomó un momento para compartir las últimas novedades de transferencias futbolísticas del Bayern Munich con el amable conserje, al regalarle el suplemento deportivo del periódico Deuschland.
La razón detrás de su alegría residía en el desarrollo revolucionario que había llevado a cabo: el formato de compresión de audio conocido como MP3. Brandenburg comprendía plenamente el impacto que su creación tendría en la forma en que la música sería escuchada y distribuida en todo el mundo.
En aquel entonces, se presentaban desafíos económicos y logísticos al almacenar música en formatos sin comprimir, como el WAV. Cada minuto de música sin comprimir ocupaba aproximadamente 10 megabytes en los discos duros convencionales, que tenían un costo de 0,025 dólares por megabyte. Esto implicaba que un álbum promedio de 65 minutos podía llenar más de la mitad de un disco duro estándar de 1 gigabyte. Almacenar un CD sin comprimir en una unidad llegaba a costar hasta diez veces más que el propio CD, con un precio de alrededor de 150 dólares.
No obstante, estos desafíos encontraron su solución con la creación del formato MP3 y su revolucionario algoritmo de compresión de audio. Brandenburg y su equipo idearon una técnica que permitía reducir considerablemente el tamaño de los archivos de audio sin comprometer la calidad perceptible por el oído humano. Los archivos MP3 requerían una fracción mínima del espacio de almacenamiento de sus contrapartes sin comprimir, transformando así la forma en que la música se almacenaba y transmitía.
Como resultado, se produjo un cambio extraordinario. Los aficionados a la música ya no se veían limitados por los costos elevados y la capacidad de almacenamiento. Ahora podían disfrutar de sus canciones favoritas en computadoras personales o reproductores de MP3 portátiles en cualquier momento y lugar.
Incluso en la actualidad, el legado de Karlheinz Brandenburg y su creación, el formato MP3, continúa siendo relevante. Su visión y determinación sentaron las bases para el desarrollo de servicios de descarga y streaming de música que ahora forman parte integral de nuestra vida cotidiana. Esta innovación marcó el comienzo de una nueva era en el mundo de la música, permitiendo que artistas y oyentes de todo el mundo se conectaran a través de melodías y ritmos universales.
En aquel caluroso día de 1995, Karlheinz Brandenburg pudo deleitarse con los frutos de su trabajo, consciente de cómo había transformado de manera irrevocable nuestra forma de experimentar y compartir la música. Su legado se erige como un hito en la intersección de la tecnología y la música, recordándonos cómo una mente visionaria transformó la manera en que disfrutamos de nuestros ritmos favoritos.
Por: Ed Rodríguez
Comments